El árbitro internacional español Alberto Undiano Mallenco dirigió ayer el encuentro entre el Sparta de Praga y la Lazio en el Estadio Generali Arena.
El partido, perteneciente a la ronda de octavos de final de la Europa League finalizó con empate a uno y el árbitro no fue protagonista por ningún error de bulto, criterio habitual para catalogar como buena su actuación.
Pero lo cierto es que sí centró la atención en un momento determinado, en el minuto 25, cuando detuvo el encuentro. No fue una decisión basada en nada de lo sucedido dentro del campo, si no por los insultos racistas que la grada local le estaba dirigiendo a Costa Nhamoinesu, defensa de los italianos y natural de Zimbabue.
Entonces, la organización del evento avisó por megafonía de que el partido no se reanudaría hasta que cesaran los insultos. Una vez restaurada la normalidad, Undiano retomó el control del partido y lo llevó a buen término. Además, por el camino, dio una lección de tolerancia y respeto. Enhorabuena.
