El fútbol deja cada semana momentos para el recuerdo, a veces condenables y otras veces de mérito incuestionable. No hay nada más estético y atractivo en un partido de fútbol base que una acción de deportividad.
En Antas de Ulla (Lugo), tuvo lugar uno de esos hechos imborrables el pasado fin de semana. El equipo local de categoría infantil, el SD Antas, recibía al SD Monterroso en el derbi regional. La trayectoria de los locatarios no había sido todo lo exitosa que desearían, ya que no habían sumado ni un solo punto. Sin embargo, acudían a la cita con ilusión de conseguir estrenar su casillero. Lo que quedó claro es que no lo harían a cualquier precio.
Mediado el partido, y con el marcador señalando el 1-2, el Antas tuvo la oportunidad de empatar, aunque no de una forma muy justa. Un futbolista del Monterroso entendió que el juego estaba detenido y tocó el balón con la mano. El árbitro, evidentemente, no tuvo más remedio que señalar penalti. Sin embargo, el equipo local no quiso empatar de esa forma. Adrián, uno de sus futbolistas, asumió la responsabilidad del lanzamiento para… lanzar el balón fuera voluntariamente.
El partido finalizó con victoria del Monterroso por 1-4, lo que no impidió que el gran triunfador de la jornada fuera el Antas. Si hubiera un Balón de Oro en fútbol base, Adrián y su equipo serían claros candidatos.