No parecía que los Minnesota Timberwolves fueran el hueso más duro para impedir que los Golden State Warriors alcanzansen las históricas 73 victorias que persiguen en una temporada regular. El encuentro, jugado además en Oakland, hacía pensar en un triunfo cómodo de los chicos de la bahía.
Nada que ver. El equipo de Ricky Rubio, que ya no tiene opciones de disputar el play off, aprovechó los focos que había sobre el encuentro para lucirse. Forzó la prórroga y acabó ganando en el añadido (117-124). La aportación del base español se limitó a 2 puntos, 4 rebotes, 9 asistencias y 1 robo.
Con esta derrota, los Warriors se quedan sin margen de error para conseguir el récord de la mejor marca de la NBA. Ahora mismo cuentan con un balance de 69-9 y para superar los 72 triunfos de los Bulls de Jordan deberían ganar los cuatro partidos que le restan. La empresa será complicada porque tienen un doble enfrentamiento ante un equipo correoso como los Grizzlies y otros dos encuentros ante los San Antonio Spurs, la gran alternativa para hacerse con el anillo.