La Federación Catalana de Fútbol (FCF) se pone a la vanguardia en las medidas para erradicar la violencia verbal en el fútbol base. Es habitual ir a partidos de niños en los que se escuchan insultos desde la grada a los propios jugadores, al árbitro o a los entrenadores. También son frecuentes las discusiones acaloradas y fuera de orden entre seguidores o padres de los dos equipos. Pues bien, la FCF ha decidido iniciar un programa piloto para erradicar estas actitudes.
Se trata de dar potestad a los árbitros para detener momentáneamente o incluso llegar a suspender el partido en el caso de producirse insultos, casos de xenofobia o violencia de género. Esta medida se aplicará, a modo de prueba, en la categoría infantil y tratarán de sacar conclusiones con el fin de aplicarlo en todo el fútbol base e incluso aficionado de la comunidad.
Se espera que sirva como medida ejemplarizante y que sean los propios seguidores los que se den cuenta del daño que hacen tanto al deporte como a sus propios hijos. ¿Funcionará?