Jesús Tomillero era, hasta hace unos días, árbitro de la Federación Andaluza de Fútbol, aunque se ha visto obligado a dejarlo por los constantes insultos sufridos durante el encuentro.
Y todo a causa de su valentía, ya que Jesús fue el primer colegiado en reconocer públicamente su homosexualidad, tal vez sin calcular (o tal vez sí) que su país, su región y su deporte no están evolucionados para admitirlo con normalidad.
Eso es lo que ha desencadenado la retirada del joven colegiado, que no ha podido superar las faltas de respeto continuas en cada terreno de juego, casi todas ellas relativas a su homosexualidad. En una entrevista al diario El Español, Jesús explica la situación. “No aguanto más los insultos. Me duele más que a nadie, porque arbitrar era mi pasión”, relata.
La falta de sensibilidad y de empatía del público es una de las cosas que más daño anímico han causado al árbitro, que ha decidido dejar su labor tras una última mala experiencia en El Puerto de Santa María: “todo el público se reía”. Además de todo, Jesús explica que miembros de la Federación Andaluza le han dado la espalda y que hasta evitan saludarle en actos públicos.