Contra todo pronóstico, y más aún después de ir 3-1 abajo en la serie, los Cleveland Cavaliers si hicieron esta madrugada con el título de la NBA. Se impusieron por 89-93 en casa de los grandes favoritos, los Warriors que se habían acostumbrado a batir todos los récords.
No fue su mejor partido, sin duda, y el primero en reconocer su mal día fue su gran estrella, Stephen Curry. El base, tras el choque, explicó que sentía que no había hecho lo suficiente. Marcar solo 4 triples de 14 intentos no entra dentro de la lógica de un jugador de sus características.
Sí estuvo a un gran nivel el líder de los Cavaliers, Lebron James. Tampoco acertó desde el triple (1 de 5) pero sí sumó un triple doble con 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Un resumen perfecto de su gran encuentro. Irving fue su fiel escudero, aportando otros 26 puntos.
