Uno de los principales problemas de ser entrenador del Real Madrid puede ser el hecho de tener que buscar cabida en el once incial a todas las estrellas del equipo. Futbolistas que, normalmente, tienen un marcado carácter ofensivo. Eso no lo ha conseguido, o no ha querido hacerlo, Rafa Benítez. Las reiteradas suplencias de Isco y James en detrimento de hombres como Kovacic o Casemiro han sido uno de los motivos que han desencadenado la salida del técnico del conjunto blanco.
Y Zidane, predispuesto a alinear a todos cuantos delanteros pueda, también tendrá esa complicación. Ya ha dicho que jugará con la BBC (Bale, Benzema y Cristiano) y la defensa de cuatro hombres es innegociable. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que las reglas obligan a usar uno y solo un portero, quedan tres puestos de centrocampistas vacantes.
La nómina de candidatos es larga, pero hay dos que parecen inamovibles. Luka Modric, desde luego, lo es. Y todo apunta a que Toni Kroos también. Esto deja un puesto libre a disputar entre Isco, James, Kovacic y Casemiro.
Pues bien, en esa primera batalla en la que los dos contendientes más fuertes, a tenor de la predisposición de Zidane, parecen Isco y James, el español ha salido vencedor. Así lo han determinado los petos y las prácticas realizadas por el técnico francés en la última sesión.
James Rodríguez, que esperaba un cambio total en su situación tras la salida de Rafa Benítez, parece que tendrá que esperar a convencer a Zidane. De entrada, ante el Deportivo, empezará desde el banquillo.
