La capacidad de jugar andando en Primera División. Siendo el mejor, destacando, solucionando jugadas, marcando partidos. A esto sólo se le puede denominar magia. A él, el Mago de Arguineguín.
Canario, pero gallego. Este es el legado de Juan Carlos Valerón, que dejará el fútbol profesional al término de la actual campaña, cumplida íntegramente con 40 años. Y podría seguir. Su forma de ver cada lance de juego, de posicionarse, de tocar el esférico y, por encima de todo, de controlar el espacio que nadie ve y medir los tiempos que se le escapan al dios griego Cronos. El maestro del centro del campo que jamás se volverá a repetir. Esperemos que quiera continuar en este mundillo en la formación de nuevos talentos, porque el suyo es digno de enseñanza.
Ningún otro como Valerón. Loable dentro y fuera del campo. Respetuoso como el que más, sin salidas de tono. Si le falta algo, no se me ocurre. Un futbolista que no lo es, al menos, si nos adherimos al pensamiento que la sociedad tiene de los futbolistas.
Sin duda, su carrera vino marcada por el Deportivo y el conjunto de A Coruña cambió su historia gracias a él. Centenariazo. Aquel glorioso día me hice del Dépor para siempre y consagré a Valerón como único ídolo del balón. Nadie a su altura. En ninguna camiseta de fútbol que pose sobre mis hombros se leerá el nombre de otro jugador que no sea él. De momento, únicamente El Flaco se lo merece.
Ni el infierno de las lesiones pudieron apagar la calidad que atesoran sus botas. Cada año parecía el último y, sin embargo, se despide en su casa y en Primera. No le parecía bien retirarse si Deportivo y Las Palmas no están en la máxima categoría.
El anuncio del fin de su etapa sobre los terrenos de juegos era como la Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez y, aún así, es imposible reprimir la sensación de que sin él ya nada será lo mismo. Qué deparará el futuro cuando a Valerón se le unan en un más que merecido descanso aquellos que también preferían acariciar el cuero a golpearlo: Riquelme, Pirlo, Xavi… Disfrutemos de Iniesta mientras podamos, pues ahora es el referente más parecido al Mago que nos queda.
Las alabanzas son infinitas. Aquellos que no conozcan su historia nunca sabrán lo que es ser futbolista; ser centrocampista. Nunca otro como él. Gracias Valerón, por hacer del fútbol un deporte digno y respetable.
Foto: Rafa Rivas / AFP.