Antonio Puerta falleció el 28 de agosto de 2007, tres días después de desplomarse sobre el terreno de juego del Sánchez Pizjuán en un encuentro entre el Sevilla y el Getafe. Después de eso se convirtió en ídolo de la afición de Nervión, que nunca ha dejado de recordarle.
El 22 de octubre de ese mismo año nació Aitor, que desde entonces se ha convertido en algo así como el ahijado de toda la afición sevillista, que le trata con el cariño que le dejó en herencia su padre.
El pasado fin de semana fue noticia en las redes sociales la presencia de Aitor en el partido del Sevilla ante el Levante. Lo hizo en primera fila, ante los Biris, que una vez más le mostraron su afecto.