Aclaro primero que no soy la persona más imparcial del mundo cuando mi equipo se mide con otro dentro del terreno de juego, pero sí que como aficionado y amante de este deporte trato de ser razonable y me gusta que la justicia se imponga en el campo (aunque si mi equipo se impone con una jugada puntual, después de un horrible partido, tampoco es que lo lamente demasiado, mal de muchos de nosotros, los aficionados).
Yo soy un profano en cuanto a cómo la Federación selecciona y qué exige para ser árbitro de categorías base de fútbol, pero todos sabemos que algunos no saben imponerse dentro de un encuentro y lo que comienza como una tontería, un pequeño gesto, una actitud de un jugador con “carácter” puede, y muchas veces lo hace, contagiar al resto de su equipo, unas para bien y otras para todo lo contrario. Es ahí donde un arbitro debe de estar capacitado para identificar esas actitudes y saber cómo imponerse a ellas para que un partido “no se le vaya de las manos”.
Hemos visto también muchas veces goles como consecuencia del saque de una falta que se comete en una zona del terreno y luego se saca desde donde más interesa al lanzador.
Los árbitros, en mi humilde opinión, deberían estar más comprometidos con lo que están haciendo y con su labor en cada encuentro, más que ir a un campo a soplar un silbato, imponer una ley marcial o, como por parte de algunos, una dictadura.
Del vestuario deben salir con la actitud para impartir justicia y ser lo más fieles posible al reglamento y a cada equipo que está sobre el terreno, recodar que son autoridad y jueces y que llevan un arma muy poderosa en su bolsillo, que son las tarjetas, y como arma que son, que cada uno “se pase su propio psicotecnico” para no convertirse en pistolero de western disparando a todo lo que se mueve, ni en temeroso recluta que tiembla tanto en medio de la batalla que teme herir a quien no debe.
Podría tambien dejar que en este momento mi mala leche me dominase y poner nombres y ejemplos a todo esto, pero ya todos conocemos casos más que suficientes de todo esto y por eso, solo espero que este articulo llegue al máximo de lectores posible y sobre todo a sus conciencias.
Luego no nos extrañemos que algunos encuentros no terminen como eso un encuentro sino en una autentica confrontación.
Nada más y un saludo a todos.