La falta de educación en los campos de fútbol, incluso en partidos entre niños, es uno de los grandes problemas con los que se está encontrando el deporte más practicado del país. La excesiva pasión de los familiares de los pequeños jugadores les hace perder el control en muchos casos y cada fin de semana salen a la luz nuevos ejemplos.
Los árbitros suelen ser el blanco de las críticas e insultos desde Primera División hasta la última liga de prebenjamines. Todos son malos, fallan a propósito y tienen algo contra del equipo del que protesta airadamente. Es muy habitual, incluso, la frase de “el árbitro es malísimo, perjudicó a los dos equipos”. Increíble.
Pero la violencia verbal hace tiempo que no se centra solo en los trencillas. Los insultos a los rivales también son un clásico en todas las categorías, incluso cuando los futbolistas no tienen más de siete u ocho años.
Algo así sucedió el pasado fin de semana en Alicante, hasta que un entrenador le puso fin. El San Blas alevín jugaba un partido en el que podía proclamarse campeón y unos de sus aficionados se divertían insultando a los rivales (niños de 9 y 10 años). Uno de ellos rompió a llorar y colmó la paciencia del entrenador local, que detuvo el partido, cruzó el campo y se encaró con sus propios aficionados.
“Como vuelva a escuchar un comentario despectivo se acaba el partido. ¿Pero de qué vais? Son niños”, dijo José Mayans, el técnico y fundador del San Blas.
En una entrevista al diario La Información explica con detalle lo sucedido: “Me giré al banquillo rival y observé que un niño estaba llorando. Me acerqué y me dijo que le estaban insultando desde la grada, llamándole gordo y metiéndose con él. Comencé a gritar que o salía el que había insultado o el partido se suspendía inmediatamente”.
A Mayans poco le importaba que su equipo no se proclamase campeón aquella tarde, ya que había en juego algo mucho más importante que un título. Los autores de los insultos abandonaron las instalaciones ante la presión del entrenador y el partido transcurrió con normalidad. El San Blas ya es campeón en muchos aspectos.