A Arturo Vidal, centrocampista del Bayern de Munich, no le afectó demasiado el mal funcionamiento de su equipo en los últimos minutos del encuentro del pasado martes ante la Juventus. Ganaban por 0-2 y acariciaban los cuartos de final, pero la reacción de su ex equipo igualó el encuentro (2-2) y deja todo por decidir para el encuentro de vuelta.
Los planes de Vidal, gran conocedor de la noche turinesa, iban más allá de lo que sucedió en el terreno de juego, en el que fue una de las sorpresas en la alineación inicial. Cuajó un gran partido y, más allá del traspiés final, se decidió a celebrarlo.
Según señaló el diario alemán Bild, el chileno abandonó el hotel de concentración del equipo de Pep Guardiola pasadas las dos de la madrugada, luciendo el chándal oficial del club. No transcendió la hora de regreso ni que hizo por en la ciudad italiana, pero su salida no hizo ninguna gracia ni al Bayern ni a su técnico.