El sueño prohibido de todo portero es marcar un gol. Hay excepciones en históricos como Chilavert o Rogerio Ceni, consumados especialistas a balón parado, y sorpresas en forma de córner a la desesperada como Aranzubia o Palop. Por lo general, todos acaban su carrera con muchos balones recogidos en sus redes y sin la sensación de euforia que se siente al marcar.
Esa espina se la acaba de sacar el portero español del West Ham, Adrián San Miguel, con un gol antológico, regateando a todo el equipo rival. Bien es cierto que lo hizo en un partido de homenaje a Mark Noble, una institución del club londinense, y con la colaboración de dos guardaespaldas como Pedro Obiang y Michail Antonio. Tras cruzarse el campo de lado a lado y con un soberbio recorte final, Adrián se plantó ante su homólogo rival y lo superó, con algo de fortuna, entre las piernas.
Más allá de la anécdota, Adrián es uno de los porteros referentes en el fútbol inglés y son muchas las voces que le reclaman para la selección española. Es indiscutible en el conjunto londinense con el que pelea por entrar en competición europea por encima de equipos como Liverpool, Chelsea o Manchester United.