El Fútbol Club Barcelona fichó ayer a Sergi Guardiola. No, no es familiar del mítico futbolista y entrenador del club, ni la noticia, por rocambolesca que parezca, es una inocentada. De hecho el chaval no es catalán y aunque parezca mentira esta es una parte relevante de la historia.
Sergi Guardiola, natural de baleares y futbolista del Alcorcón, despertó el interés del conjunto azulgrana por sus altas capacidades. Tanto que decidió ficharlo para el filial a pesar de contar ya con 24 años. Ayer mismo se hizo oficial y fue presentado en las instalaciones del club. Todo normal.
Sin embargo, horas después todo dio un giro inesperado. La aparición de Twitter y su memoria infinita cambió el panorama. A pesar de que el futbolista se apresuró a borrar todo lo posible, algún “amigo” se encargó de capturar varios mensajes escritos por él y que el Barcelona consideró inadmisibles.
En algunos de ellos aireaba su madridismo, algo que seguramente no sentara demasiado bien en el bando culé. Sin embargo, lo que superó el límite de permisividad de los azulgranas fueron los ataques a Cataluña. Sergi Guardiola escribió, al menos en dos ocasiones, “puta Cataluña”. El Barcelona, al conocerlo, dio marcha atrás al acuerdo.
Y esta historia no es única, ya que el pasado verano fue Julio Rey, un joven de 17 años, el que se quedó sin jugar en el Deportivo de la Coruña después de haber firmado. ¿Por qué? Había escrito años antes “Puta Depor, Puta Riazor” en Twitter. Al pajarito lo carga el diablo.