Es cierto que hay partidos de fútbol muy aburridos. De hecho, todos hemos deseado alguna vez que el árbitro pitara el final en el minuto 60. Y eso, si eres el presidente de un país como Mauritania, es perfectamente posible.
Según informa La Gazzeta dello Sport, la final de la Supercopa disputada ayer en el país africano solo duró 63 minutos porque, llegado ese momento, el presidente del país decidió ponerle fin. Se aburría y ordenó una tanda de penaltis para decidir el ganador cuanto antes y poder irse a su casa.
En ese momento el encuentro, que medía al Tevragh Zeina y al ACS Ksar, iba con empate a un tanto en el marcador, aunque solo la emoción por saber el campeón le daba emoción. Ni corto ni perezoso, Mohamed Ould Abdel Aziz, ejerció su labor de presidente hasta límites insospechados. Acabó con el ‘sufrimiento’ parando el encuentro y ordenando el desempate desde el punto de penalti. Tevragh Zeina se impuso en la tanda final y levantó el trofeo.
La federación de fútbol mauritana negó que la decisión se debiera a una orden directa del presidente y explica que fue una decisión de caracter organizativo consensuada con los dos equipos.